► sustantivo masculino
1 BOTÁNICA Árbol cesalpiniáceo que crece en Brasil y Paraguay, cuya madera se conoce como palo brasil. (Guillandina echinata.)
2 HISTORIA, INDUMENTARIA Y MODA Color encarnado empleado antiguamente por las mujeres para embellecerse.
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1 m. Nombre dado a varios árboles americanos leguminosos del género Caesalpinia y también a Haematoxylon brasiletto; de todos ellos se obtiene la madera llamada «palo brasil»; la de Caesalpinia echinata se llama también «palo de Fernambuco» o «de Pernambuco».
2 Cierto afeite rojo usado antiguamente.
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brasil1. (De brasa, por el color rojo). m. Árbol de la familia de las Papilionáceas, que crece en los países tropicales, y cuya madera es el palo brasil. || 2. palo brasil. || 3. Color encarnado que servía para afeite de las mujeres.
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La República Federativa del Brasil es el país más extenso de Sudamérica y el quinto a nivel mundial en cuanto a extensión territorial. El Brasil tiene zonas limítrofes con todos los países sudamericanos con excepción de Chile y el Ecuador. Sus limites son: al norte Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y la Guayana Francesa; al sur la Argentina, el Uruguay y el Paraguay; al este el Océano Atlántico; y al oeste Bolivia y el Perú. Su capital nacional es Brasilia, que sustituyó a Río de Janeiro en 1960.* * *
(República Federativa do Brasil)
► Estado de América del Sur. Limita con Venezuela, Guyana, Surinam y la Guayana Francesa al N, el océano Atlántico al E, Paraguay, Argentina y Uruguay al S, Perú y Bolivia al O y Colombia al NO. Su extensión es de 8 511 996 km2 con un total de 172 860 400 h. La capital es Brasilia. La moneda y el idioma oficiales son, respectivamente, el real y el portugués. La religión mayoritaria es el catolicismo. El país carece de relieves importantes; una de sus formaciones más significativas es la enorme y baja cuenca del río Amazonas. En el centro-sur y el E del país se elevan extensas mesetas llamadas planaltos, que ocupan y condicionan buena parte del medio físico brasileño, siendo también importantes zonas agrícolas y ganaderas (Mato-Grosso, Goiás). El país ofrece un mapa hidrológico de los más ricos e importantes del mundo: el Amazonas (río más caudaloso del planeta) y sus principales afluentes (Negro, Xingú, Tocantins, Madeira, etc.), que abarcan una cuenca fluvial de más de 7 millones de km2; el Río de la Plata, que alcanza su plenitud fuera de Brasil; y el Paraná, que vertebra buena parte del interior del SE brasileño. El país, bañado exclusivamente por el Atlántico, presenta por lo general una costa poco accidentada, pero con importantes bahías como la de Guanabara (Rio de Janeiro) o la de Todos os Santos. La mayor parte del territorio brasileño se halla entre el Ecuador y el trópico de Capricornio. Su régimen climático es marcadamente tropical y tórrido. Altas temperaturas medias y copiosas lluvias. Vegetación de hierbas altas y pequeños matojos en el Mato Grosso y en el S, donde se dan las explotaciones agrícolas y ganaderas más extensas. En las zonas costeras, en la periferia de la selva y en los puntos elevados aparecen, por contra, enormes bosques de palmeras y cedros, donde se desarrollan los más típicos cultivos tropicales, como los cafetales, el cacao o la caña de azúcar. Pero el tipo de vegetación más extendido en Brasil es la selva, donde se encuentra concentrada la mayor parte de la riqueza botánica del planeta. Su población está compuesta por una gran mezcla interracial, con predominio del componente mestizo o mulato. Su distribución es muy irregular: frente a un interior selvático y deshabitado, sólo la zona SE acoge a la mitad de los habitantes. Ello se traduce en una gran concentración poblacional en unas pocas ciudades, lo que genera importantes problemas de hacinamiento (barrios de favelas). Con una balanza comercial extremadamente positiva, su PNB se sitúa entre los diez más elevados del mundo. Posee una rica y exportadora agricultura de plantación (café, azúcar, cacao, etc.). Importante minería (bauxita, hierro, oro, piedras preciosas, etc.). La implantación industrial es también considerable, y está centrada en los sectores metalúrgicos y siderúrgicos. Brasil produce hierro, acero, piezas para maquinaria y armamento pesado. Importante turismo y gran sector financiero y de negocios. Sin embargo, la economía brasileña se encuentra expuesta a sufrir importantes crisis cíclicas debidas a las variaciones de los precios en los mercados internacionales, lo que le ha convertido, a lo largo de los últimos decenios, en uno de los países más endeudados del mundo. Deuda y dependencia exterior condicionan también a un sector industrial cada vez más necesitado de la inversión extranjera por falta de recursos internos. Por otro lado, la industria brasileña está muy parcializada, mientras que su control y distribución dependen en gran parte de centros de decisión ubicados en el exterior. Todo ello hace de Brasil un país rico sumergido, no obstante, en el subdesarrollo y la precariedad generalizados.
► HISTORIA Según el Tratado de Tordesillas, firmado por España y Portugal en 1494, el territorio descubierto en 1500 por Alvares de Cabral formaba parte de la zona de expansión reconocida a Portugal, por lo que siguieron sucesivas olas colonizadoras portuguesas. La poca resistencia ofrecida por los escasos indígenas permitió a los colonos una expansión agrícola en las llanuras costeras de la zona noreste, que adquirió más importancia a partir de 1532 con la introducción de la caña de azúcar. El país tenía como característica destacada su proximidad tanto a los mercados europeos como a la mano de obra esclava procedente de África. Con tales bases productivas (esclavitud y exportación) nació y avanzó Brasil durante los tres siglos de colonización portuguesa (1500-1822). Durante el siglo XVII Brasil inició, potenciado por su gobierno, otra expansión territorial y demográfica: nuevas plantaciones surgieron en los terrenos selváticos, y la necesidad de trabajadores promovió el tráfico y la compra de esclavos procedentes de Angola y Guinea, en virtud de un pacto de libre comercio con Inglaterra. Durante este mismo período de expansión (siglos XVII y XVIII), tanto colonos y buscadores de oro, como jesuitas y algunas expediciones gubernamentales fueron afianzando el descubrimiento y posesión del interior del país, consolidando sus grandes dimensiones. El oro encontrado en Minas Gerais llevó a Brasil a ser el primer productor mundial. Rio de Janeiro se constituyó como un gran centro comercial. Con el crecimiento de las ciudades, las clases burguesas autóctonas empezaron a desarrollar un cierto nacionalismo que acabó consolidándose cuando, durante la ocupación napoleónica de Portugal, la corte y el gobierno de Lisboa se trasladaron a Rio de Janeiro (1808), creándose una curiosa situación histórica que permitió dirigir todo el Imperio portugués desde Brasil. En tales condiciones Rio de Janeiro creció en importancia internacional, comercial y política, a la vez que disfrutó de un significativo desarrollo artístico y cultural. Con el retorno del rey a Portugal (1821), su hijo Pedro quedó en Brasil como regente y representante de los intereses de la corona. Pero la sociedad brasileña se opuso a ser convertida de nuevo en colonia y perder su situación privilegiada dentro del Imperio. La oportunidad del momento permitió a Pedro coronarse como Pedro I, emperador de Brasil, proclamando la independencia del país en 1822. Durante el reinado de Pedro II llegó la estabilidad: se promovieron obras de ferrocarril, carreteras y la inmigración europea, y se abolió la esclavitud en 1888. En 1891, tras un golpe de Estado, se instauró la república, que es desde entonces su forma de gobierno. Con el siglo XX llegaron tiempos de gran prosperidad, y Brasil acogería a miles de inmigrantes europeos. En esos años quedó establecido el predominio del café como primer producto del país. El cambio de siglo afianzó también el definitivo mapa de Brasil, proyectándolo ya como una rica y enorme potencia continental. Pero la recesión y la crisis llegaron rápida e inesperadamente con los desajustes económicos mundiales de 1929, y en las elecciones de 1930 el país se vio amenazado por la disgregación o la dictadura. Getulio Vargas, candidato apoyado por los estados del S, llegó al poder y tomó el control del Estado, suprimiendo la Constitución y, paulatinamente, reprimiendo a los poderes locales, sindicatos y movimientos opositores hasta la disolución del parlamento (1937). En 1945, Vargas fue depuesto por un golpe militar. La Junta Militar, instaurada en 1946, propugnó su carácter de restauradora de la democracia e introdujo una nueva constitución al tiempo que reprimía al partido comunista. En 1950 la junta terminaba su tutelaje y convocaba unas elecciones que dieron una amplia victoria al depuesto Vargas, quien optó por una vía política propia, brasileña, lejos de la influencia de los bloques. Pero, acusado de corrupción y asesinato, y muy presionado por el ejército para que abandonara su cargo, Vargas se suicidó en 1954. Una profunda desorientación se apoderó del país y varios presidentes se sucedieron en breve espacio de tiempo. En 1956 Juscelino Kubitschek fue elegido presidente. Sus ideas desarrollistas estaban en la línea de muchos de los proyectos ya diseñados por el gabinete de Vargas, como construcciones de presas y carreteras, la industrialización y la aspiración de construir una nueva capital, Brasilia, ciudad inaugurada por Kubitschek en 1960. En 1964, un golpe de Estado dio nuevamente el poder a los militares durante 21 años. La represión, el sometimiento político y la venta del país a intereses extranjeros fueron la pauta de unos años que dejaron a Brasil sumido en la miseria, llegando en 1983 a tener la mayor deuda exterior del mundo y una situación económica tan extremadamente débil que obligó a devaluar el cruzeiro en más de 90 ocasiones entre 1982 y 1983. La imparable crisis y el malestar social alejaron a los militares del poder, restableciéndose en 1985 el voto directo. Un gobierno democrático intentó emprender la reforma y el saneamiento económico, pero el presidente electo, Tancredo Neves, murió al poco tiempo, siendo sustituido por el vicepresidente José Sarney. Una nueva y reformada Constitución entró en vigor en 1988, pero no consiguió acallarse el descontento popular hasta que, en 1990, resultó elegido presidente el populista Fernando Collor de Melo. Su idea era establecer una política económica de choque para parar la recesión y la inflación. Pero las acusaciones de corrupción hacia el nuevo presidente llevaron al parlamento a decidir su suspensión temporal, en septiembre de 1992. Itamar Franco ocupó interinamente la presidencia de la jefatura del Estado. En el referéndum de abril de 1993 los brasileños votaron a favor de un régimen republicano presidencialista y en 1994 fue elegido presidente el socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso. En 1996, el ex presidente Collor de Melo fue absuelto por falta de pruebas de los cargos de corrupción. En las elecciones de 1998, Henrique Cardoso revalidó su magistratura presidencial, pese a la grave crisis económica y financiera que afectaba al país. En 2003 Lula da Silva, líder del Partido de los Trabajadores, fue elegido presidente de la República.
► BELLAS ARTES Con la fundación de la Universidad de Bahía, en 1594, surgieron las primeras corrientes literarias brasileñas y se escribieron las primeras obras poéticas (Gregorio de Matos) y prosas (Nuño Marques Pereira). Son textos de temática centrada en el descubrimiento de nuevas y exóticas tierras. En el siglo XVIII la llegada de corrientes costumbristas y barrocas tuvo su contrapunto en el grupo de poesía de Minas Gerais. Con el establecimiento de la Corte Real en la ciudad de Rio de Janeiro, la vida literaria y cultural gozó de un notable desarrollo (Pereira de Sousa, Antonio Gonçalves). Mención especial merece la prosa naturalista de Manuel Antonio Almeida. Ya en el siglo XIX, destaca la obra de João Cruz y Souza, representante del movimiento simbolista, y de José Pereira de Graça Daranha. De las corrientes de principios y mediados del s. XX cabe destacar al poeta Jorge de Lima con sus poemas de inspiración religiosa superrealista. De la corriente renovadora contemporánea la figura más relevante es João Cabral de Melo Neto. En arquitectura, el arte brasileño arranca con las primeras construcciones portuguesas, generalmente iglesias, debido a las escasas manifestaciones artísticas precolombinas. El Barroco, a pesar de tener su inicio como extensión del gusto europeo, tomó en Brasil unas interesantes variantes locales. El Neoclasicismo se expandió con la construcción y el crecimiento de las grandes ciudades del S que, con el traslado de la corte a Rio de Janeiro en 1808, dieron un importante impulso al arte local (Teatro Amazonas de Manaus, edificios oficiales en Rio de Janeiro). El s. XX arrancó con importantes exposiciones de arte modernista, que tomó en Brasil caracteres e influencias del arte indígena y del africano (Portinari). En la década de 1960, las corrientes pop y funcionalistas dieron lugar a una gran escuela de arquitectos, muy comprometidos con el funcionalismo y el racionalismo. En esa línea, L. Costa diseñó Brasilia. Discípulo directo de Le Corbusier, formó también un importante grupo de discípulos, como Oscar Niemeyer. En los últimos decenios, Brasil ha generado figuras internacionales dentro del tachismo, el informalismo o la tendencia Nova Objectividade. Río de Janeiro y São Paulo se han convertido en dos centros importantes del circuito artístico mundial. En el terreno musical, ya de antiguo se impuso en Brasil una tradición marcadamente africana muy influenciada por el sentido tonal y armónico europeo. Los instrumentos, mezcla de tradición europea y africana, generan un explosivo ritmo de rápidos compases tan habituales en las conocidas danzas brasileñas, como la samba, la marxa o el chôro. Más modernamente, la aplicación de otras corrientes, como el jazz o el pop, generaron nuevas formas musicales, como la bossa nova y otros ritmos más populares. En música clásica, cabe destacar la creación del grupo Música viva en 1939.
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I(as used in expressions)
República Federativa de Brasil
fazenda (Brasil)
II
ofic. República Federativa de Brasil
País del centro-oriente de América del Sur.
Superficie: 8.547.404 km2 (3.300.171 mi2). Población (est. 2002): 174.619.000 hab. Capital: Brasilia. Los grupos étnicos de Brasil se han mezclado entre sí desde el comienzo de su etapa colonial. La ausencia de mestizaje es poco común; aquellos indígenas que no han sido afectados por la inmigración están restringidos a las zonas más remotas de la cuenca del Amazonas. Idioma: portugués (oficial). Religiones: católica y creencias tradicionales de origen africano e indígena. Moneda: real. El país puede ser dividido en varias regiones, pero dominan el paisaje las tierras bajas amazónicas y la meseta brasileña (a menudo denominada meseta Central). Esta última, que tiene una altura promedio de 1.000 m (3.300 pies), está situada principalmente en el sudeste, en tanto que las tierras bajas del Amazonas, con una altura bajo los 250 m (800 pies), están en el norte. La cuenca del Amazonas, con más de 1.000 afluentes conocidos, comprende cerca de la mitad de la superficie total del país. Otros ríos de Brasil son el São Francisco, el Parnaíba, el Paraguay, el alto Paraná y el Uruguay. A excepción de las islas de Marajó y Caviana, existentes en la desembocadura del Amazonas, y Maracá en el norte, no hay grandes islas a lo largo de la abrupta costa atlántica, que se extiende a lo largo de 7.400 km (4.600 mi). Existen buenos puertos en Belém, Salvador, Río de Janeiro, Santos y Pôrto Alegre. Los extensos bosques dan origen a muchos productos, mientras que la sabana permite la cría de ganado. La agricultura es importante y las reservas minerales son abundantes. Brasil tiene una economía de mercado en vías de desarrollo basada principalmente en las manufacturas, los servicios financieros y el comercio. Es una república bicameral; el jefe de Estado y de Gobierno es el presidente. Poco se sabe de los primeros habitantes indígenas. Aunque la región fue teóricamente asignada a Portugal en 1494 mediante el tratado de Tordesillas, se tomó posesión formal de ella en 1500, cuando el navegante portugués Pedro Álvares Cabral desembarcó en forma accidental en sus costas. Fue primero colonizada por los portugueses, a inicios de la década de 1530 en la costa nordeste y en São Vicente (cerca de la actual São Paulo); los franceses y los holandeses crearon pequeños asentamientos en el siglo siguiente. Un virreinato se creó en 1640, y Río de Janeiro se transformó en capital en 1673. En 1808, Brasil pasó a ser el refugio y sede de gobierno de Juan VI de Portugal, cuando Napoleón I invadió ese país; finalmente, se proclamó el Reino de Portugal, Brasil y Algarve, y Juan gobernó desde Brasil (1815–21). Cuando Juan regresó a Portugal, Pedro I proclamó la independencia brasileña. En 1889, su sucesor, Pedro II, fue depuesto y se promulgó una constitución que dio origen a una república federal. A partir del s. XX, aumentó la inmigración, se incrementó la actividad manufacturera, y hubo frecuentes golpes militares y suspensión de las libertades civiles. La construcción de una nueva capital en Brasilia, propuesta para estimular el desarrollo del interior del país, empeoró los niveles de inflación. Después de 1979, el gobierno militar comenzó un gradual retorno a las prácticas democráticas, y en 1989 se produjo la primera elección popular de presidente de la república en 29 años. Una grave crisis económica comenzó a fines de la década de 1990.
Vista de la ciudad portuaria de Belém y la catedral de Nossa Senhora das Mercês, ...
Archivo Edit. Santiago
Enciclopedia Universal. 2012.