Sistema de producción de cultivos que utiliza métodos biológicos de fertilización y control de plagas como sustituto de los fertilizantes químicos y pesticidas, los cuales son considerados por los partidarios de los métodos orgánicos dañinos para la salud y el ambiente, e innecesarios para un cultivo exitoso.
Comenzó como un rechazo consciente a las técnicas agroquímicas modernas en la década de 1930 por el agrónomo británico Sir Albert Howard. Una diversidad de materiales orgánicos, como estiércol, compost, cortes de pasto, paja y otros rastrojos, se aplican al campo con el fin de mejorar la estructura del suelo, su capacidad de retener la humedad y sus condiciones bióticas, lo que a su vez, nutre a las plantas. (Los fertilizantes químicos, en cambio, alimentan directamente a la planta). El control biológico de plagas se logra a través de métodos preventivos que incluyen la diversificación y rotación de cultivos, la plantación de especies que frenan las plagas y el uso de técnicas de manejo integrado de plagas. Se evita el uso de cepas obtenidas por bioingeniería. Debido a que la agricultura orgánica implica lentitud, sus productos tienden a ser caros. La producción orgánica constituía antes una minúscula porción de la producción agrícola total de EE.UU., pero ha experimentado un enorme aumento proporcional de sus ventas en los últimos años.
Enciclopedia Universal. 2012.