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Suiza
sustantivo femenino
1 HISTORIA Simulacro bélico que se hacía en la antigüedad como diversión.
TAMBIÉN zuiza
2 HISTORIA Conjunto de personas que participaban en este juego.
3 Contienda o alboroto entre dos bandos.
SINÓNIMO enfrentamiento
4 Disputa en justas y certámenes.

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suiza
1 f. Cierta *mojiganga hecha en los regocijos públicos, en que hombres vestidos de soldados representaban un combate caballeresco o una batalla.
2 *Riña, *disputa o *jaleo. Disputa literaria en un certamen o ejercicio de grado universitario.

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suiza1. f. V. suizo.

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La Confederación Helvética o Suiza (Schweiz/Suisse/Svizzera/Svizra) es un Estado Federal ubicado en el centro de Europa sin costas en el mar. Tiene frontera con Alemania, Francia, Italia, Austria y Liechtenstein. El país ha tenido una gran tradición de neutralidad política y militar, razón por la cual es sede de muchas organizaciones internacionales. Su nombre es una derivación del nombre de unos de los cantones fundadores de la federación, "Schwyz" (en alemán padrón, "Schweiz"). Es uno de los países más ricos y desarrollados del mundo.

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(Schweizerische Eidgenossenschaft, Confédération Suisse, Confederazione Svizzera)
► Estado del centro de Europa. Limita con Alemania, Austria, Liechtenstein, Italia y Francia. Su superficie es de 41 284 km2 con un total de 7 270 000 h. La capital es Berna. La moneda oficial es el franco suizo y los idiomas, el alemán, el francés y el italiano. Las religiones mayoritarias son el catolicismo y el protestantismo. La población suiza es un verdadero cruce de razas y lenguas, donde confluyen tres potentes culturas europeas: la alemana, la francesa y la italiana. A pesar de que el romanche, lengua retorrománica hablada en algunos cantones orientales, está considerada la cuarta lengua nacional, sólo el alemán, el francés y el italiano son idiomas oficiales. La Confederación Suiza es un pequeño país situado entre el Jura y la cadena de los Alpes, cuyas condiciones naturales son poco favorables, ya que el 70% del territorio está ocupado por montañas. La cordillera del Jura atraviesa de SE a NO toda la Suiza occidental, señalando en el O la frontera con Francia. Entre el Jura y los Alpes se extiende la llanura suiza o Mitteland, surcada de colinas. Los Alpes se encuentran repartidos en dos alineaciones simétricas, cuya parte más elevada se encuentra en la cadena meridional, con unos 140 glaciares y más de veinte cimas de una altitud superior a los 4 000 m. En el monte Rosa se alza la montaña más alta de Suiza y la segunda de Europa, el Dufourspitze, de 4 634 m. La cadena septentrional está formada por los Alpes Berneses, los de Friburgo, Emmenthal, de Uri, de Glaris y los de Sankt Gallen. Destacan en ellos por su altitud superior a los 4 000 m el monte Jungfrau, el Finsteraarhorn y el Aletschhorn. El clima es atlántico en el NO; con inviernos fríos y veranos templados en el Mitteland; y de tipo mediterráneo en el S y las orillas de los lagos Lugano y Mayor. Las precipitaciones son abundantes en casi todo el territorio. La vegetación es de bosque atlántico en las pendientes bajas; más arriba reinan las coníferas (abeto); y ya en altitudes superiores, las zonas de prados y la vegetación alpina. Por sus ríos, Suiza es una de las principales fuentes de agua de Europa. Los ríos más importantes son el Rin, con su afluente Aar, el Ródano, Reuss y Ticino. Los lagos helvéticos, famosos por su entorno, constituyen el prototipo de cuencas lacustres de origen glaciar. Entre los lagos de llanuras destaca por su extensión el Neuchatel, de 216 km2, en la cuenca del Rin. Los lagos alpinos presentan importantes extensiones, como el lago Constanza, de 537 km2, o el de Ginebra, de 581 km2, el de Zurich, el de los Cuatro Cantones, el Mayor y el de Lugano. Caracterizada por una alta densidad demográfica, la población, formada en más del 15% por extranjeros, tiende a concentrarse en el Mitteland, la parte más vital del país, donde vive el 75% de los habitantes y se encuentran las principales ciudades. Entre las de mayor renombre destacan la capital, Berna, fundada en 1848; Zurich, gran centro financiero, y Basilea, primer puerto fluvial del país, a orillas del Rin. En la Suiza francófona, a orillas del lago Ginebra, merecen citarse Lausana y la ciudad de Ginebra, sede esta última de importantes organismos internacionales. Pese a su carencia de recursos naturales y de materias primas, Suiza es un país altamente industrializado, orientado hacia productos de fuerte valor añadido que necesitan una mano de obra cualificada. El sector agrícola, que emplea una pequeña parte de la población activa, cubre con su producción la mitad de las necesidades del país. Teniendo en cuenta las pequeñas dimensiones de las explotaciones y las difíciles características del suelo, sobre todo en las regiones montañosas, la agricultura suiza resulta cara. El Estado subvenciona el 40% de los productos a fin de asegurar el aprovisionamiento del país en caso de crisis. Suiza se especializa en productos delicados (frutos y legumbres, vinos de calidad) y en la cría de ganado vacuno, que ha alcanzado gran fama. La cuarta parte del territorio está cubierta de bosques, amparados por una severa reglamentación de las explotaciones forestales, destinada a impedir que decrezca la zona arbolada del país. La caza y la pesca se hallan también bajo el estricto control de las autoridades. El territorio helvético carece de carbón o petróleo, y la única fuente de energía ha sido la hidroeléctrica, en parte reemplazada actualmente por las centrales térmicas, algunas de las cuales son nucleares. La industria, desarrollada desde mediados del siglo pasado, emplea más de un tercio de la población activa. Además de la pujanza de la pequeña empresa (el 70% de los establecimientos cuentan con menos de 50 empleados), en el país se asientan grandes empresas de alcance multinacional. Concentrada principalmente en el N de la Confederación, la actividad industrial se especializa en productos de alta precisión, como máquinas herramientas, equipamientos eléctricos e instrumentos científicos. La industria química, que tiene en Basilea un centro de alcance internacional, destaca en la producción de colorantes y productos farmacéuticos. Además de la relojería, especialidad tradicional suiza que tiene su centro principal en la ciudad de Ginebra, es importante la producción de cemento, azúcar refinado, chocolate, aluminio, tejidos de algodón y zapatos. En el sector terciario destaca el turismo, importante fuente de divisas desde hace más de un siglo. La actividad financiera, que se ve favorecida por una legislación liberal que ha contribuido a la captación de importantes masas de dinero extranjero, ha hecho de Suiza, y sobre todo de Zurich, una de las principales plazas bancarias de Europa y uno de los más importantes mercados mundiales de oro y divisas.
HISTORIA A fines del Paleolítico empezó la vida humana en el actual territorio suizo, que fue habitado más tarde por helvecios, instalados en las regiones meridional, central y noroccidental; por recios, en el actual cantón de los Grisones; y por otras tribus célticas repartidas en el resto del territorio. En el s. I a C las legiones romanas de Julio César se apoderaron del país. Durante la irrupción de los bárbaros, entre los ss. V y VI, se establecieron los alamanes y los burgundios en la llanura central y en el NE, mientras que en el sector occidental siguió predominando la población romano-céltica. También fue dominado por los francos. A partir de 1032 quedó integrado en el Sacro Imperio Romano Germánico bajo el poder de los duques de Zähringen, quienes favorecieron el desarrollo de las ciudades con el fin de contrarrestar a la nobleza. En 1218 Federico II recobró el feudo imperial y las ciudades pasaron a depender directamente de su Imperio. El nacimiento de la Confederación Helvética se remonta al tratado de paz y cooperación que firmaron en 1291 los hombres del valle de Uri, la libre comunidad del valle de Schwyz y la asociación de los hombres del bajo Nidwalden, con el fin de formar una Liga Perpetua capaz de defender sus respectivas libertades contra la amenaza de los Habsburgo. En 1315, en Morgarten, la Liga consiguió una completa victoria sobre Leopoldo de Habsburgo: la fortuna militar de los suizos se anunciaba al mismo tiempo que su porvenir histórico, y una década más tarde el emperador tuvo que confirmar las libertades de los tres cantones. Cinco nuevos cantones se agregaron en los años siguientes: Lucerna en 1332, Zurich en 1351, Glarus y Zug en 1352 y Berna en 1353. Gracias a la victoria de Sempach en 1386 contra las poderosas huestes de Leopoldo III de Austria, y a la de Näfels en 1388, la Confederación de los ocho cantones se separó definitivamente de Austria. Durante el transcurso del s. XV la fuerza militar les permitió arrebatar territorios a los países vecinos. En 1501, después de que el emperador Maximiliano I reconociera la independencia de los cantones, se incorporaron a la Confederación Basilea, Schaffhausen y Appenzell. En 1516 firmaron con Francisco I de Francia la «Paz perpetua» de Friburgo, que constituiría uno de los orígenes de la neutralidad suiza. En el s. XVI la Reforma, predicada primero en Zurich por Zwinglio y más tarde en Ginebra por Calvino, hizo que el país se inclinara hacia el protestantismo, con excepción de cuatro cantones que permanecieron fieles a la religión católica, lo que desembocó en diversos choques armados. Mientras, en 1648, la Paz de Westfalia que puso fin a la Guerra de los Treinta Años reconoció la independencia de los cantones suizos, en 1712 los Acuerdos de Aarau trajeron a éstos la paz religiosa. A fines del s. XVIII, la fuerte influencia de la Revolución Francesa provocó un estallido revolucionario en Ginebra, que desembocó en 1798 en la proclamación de la República Helvética con capital en Lucerna. La nueva república fue anexionada a Francia por el Directorio y quedó sometida al Imperio hasta 1914. El derrocamiento del Imperio napoleónico y la reunión del Congreso de Viena al año siguiente significaron la restauración de la independencia y el reconocimiento de la neutralidad perpetua de Suiza, cuyo número de cantones pasó a sumar 22. En 1848 se adoptó una Constitución de corte liberal, que implantó una democracia semidirecta e hizo de Suiza un Estado puramente federal, que estableció la capital en Berna. Durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial, el país mantuvo su neutralidad. Ha participado en las actividades de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y en muchas de las organizaciones especializadas de la ONU. El papel humanitario de la Confederación ha continuado vigente, esp. a través del apoyo acordado al comité internacional de la Cruz Roja. A fines de 1992, en el referéndum para la integración en el Espacio Económico Europeo, los suizos se decantaron por mantener su tradicional aislamiento. En diciembre de 1994, los suizos se pronunciaron a favor de una dura legislación contra el crimen, especialmente dirigida contra los inmigrantes ilegales. El Partido Socialista ganó las elecciones generales de 1995, y en 1998 Flavio Cotti fue elegido presidente. Ruth Dreifuss ocupó la presidencia federal en 1999 y en el año 2000 fue sustituido por Adolf Ogi. En 2002 Suiza se convirtió en miembro de la ONU. Consagrado por la Constitución de 1848 (reformada en 1999) como una república federal, Suiza consta de 23 cantones, tres de ellos divididos en dos semicantones. Cada uno posee sus propias leyes, un consejo de Estado y un gran consejo que detenta el poder legislativo. Hay cantones de montaña con democracia directa. El gobierno central de la República consta de un Consejo de siete miembros que forman el poder ejecutivo y son elegidos por la Asamblea Federal; ésta tiene a su cargo el poder legislativo y está formada por dos cámaras: el Consejo Nacional y un Consejo de los Estados.
BELLAS ARTES La literatura en lengua alemana gozó durante la Reforma de una época de esplendor, propiciada por los escritores del humanismo, como Zwinglio (1484-1531) y H. Bullinger (1504-75). La producción en lengua francesa destacó en el s. XVIII con el suizo-francés J.-J. Rousseau (1712-78), gran precursor del romanticismo y filósofo de resonancia universal. En el s. XIX el país helvético dio grandes autores en lengua alemana, como G. Keller (1819-90) y C. Meyer (1825-98). También deben citarse otros poetas destacados de la época, F. Dranmor (1823-88), H. Leuthold (1827-79), y el tratadista J. Burckhart (1818-97). A comienzos del s. XX, y en lengua francesa, destacó el poeta C. F. Ramuz (1878-1947). En este período los grandes autores suizos en idioma alemán se volcaron al naturalismo, que tuvo en C. Spitteler (1845-1924) su más destacada figura, galardonado con el premio Nobel de Literatura en 1915. Posteriormente, fue relevante la obra de M. Frisch. La pintura y la escultura suizas, muy influidas por Francia, Alemania e Italia, no encontraron una definición nacional y se vieron limitadas en su desarrollo tanto por el rigor del protestantismo como por la emigración de muchos artistas. Si bien a comienzos del s. XIX hubo una pequeña escuela pictórica ginebrina, la Confederación no saltó a la palestra universal hasta el presente siglo, cuando surgió el nombre del pintor surrealista P. Klee (1879-1940), quien mantuvo siempre relaciones muy estrechas con Suiza, aunque se consideraba un artista alemán. Por su parte, el ginebrino A. Giacometti (1901-66) renovó la escultura convencional con sus piezas exóticas y crueles, cercanas al surrealismo. En arquitectura, es importante la catedral gótica de Lausana y, sobre todo, la obra del suizo-francés Le Corbusier (1887-1965), considerado el padre indiscutible del urbanismo y de la arquitectura moderna. El arte musical posee una vieja tradición entroncada con el cultivo de la música sacra medieval en los monasterios de Sankt Gallen, Einsiedeln, Zurich y Muri. Si bien la Reforma ocasionó un notorio retroceso en las actividades musicales, la producción no cesó, a la par que fue adquiriendo un tono marcadamente alemán. Con posterioridad, las obras del compositor A. Honneger (1892-1955) han sido decisivas en la revolución musical producida en el s. XX. El teatro suizo ha aportado dos nombres clave a la dramaturgia universal en el presente siglo a través de las obras paródicas, burlescas y algunas veces moralizantes de M. Frisch y F. Dürrenmatt (1921-90).

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ofic. Confederación Suiza

País de Europa central sin salida al mar.

Superficie: 41.284 km2 (15.940 mi2). Población (est. 2002): 7.282.000 hab. Capital: Berna. La población es alemana, francesa e italiana. Idiomas: alemán, francés, italiano y romanche (todos oficiales, con el romanche usado localmente). Religiones: catolicismo (cerca de 45%), protestantismo (40%), Islam y cristianismo ortodoxo. Moneda: franco suizo. El país está olvidado en tres regiones: las montañas Jura, cubiertas de praderas; la Mittelland central, una zona urbanizada y agrícolamente rica, y los elevados escarpes de los Alpes. Suiza es uno de los centros financieros más importantes del mundo; la economía se basa principalmente en el comercio y las finanzas internacionales, así como en la industria liviana y pesada. Entre los productos industriales figuran relojes, instrumentos de precisión, maquinarias y productos químicos. También es importante el turismo y la agricultura; producen cereales, remolacha azucarera, frutas y hortalizas, productos lácteos, chocolate y vino. A pesar de la diversidad de grupos étnicos, religiones e idiomas, en Suiza ha persistido durante 700 años la democracia más antigua del mundo. Es un estado federal bicameral; el jefe del estado y del gobierno es el presidente. Los habitantes primitivos eran los helvéticos, que fueron conquistados por los romanos en el s. I BC. Diversas tribus germánicas penetraron en la región desde el s. III hasta el s. VI AD, e invasores musulmanes y magiares se aventuraron en ella en el s. X. Quedó bajo el dominio de los francos en el s. IX y del imperio medieval (que más tarde se convertiría en el Sacro Imperio romano) en el s. XI. En 1291, tres cantones formaron una liga contraria a los Habsburgo que se transformó en el núcleo de la Confederación Suiza. Fue uno de los centros de la Reforma, proceso que dividió la confederación y trajo consigo un período de conflictos religiosos y políticos. En 1798 los franceses organizaron Suiza como la República Helvética en 1798. En 1815 el Congreso de Viena reconoció la independencia de Suiza y garantizó su neutralidad. En 1848 se formó un nuevo estado federal, con Berna como capital. Suiza se mantuvo neutral en ambas guerras mundiales y ha continuado defendiendo su neutralidad. En 1960 se unió a la Asociación Europea de Libre Comercio, pero ha optado por no integrarse a la Unión Europea. En 2002 pasó a formar parte de las Naciones Unidas.

Localidad alpina cerca de St. Moritz en el valle del Engadin superior, cantón de Graubunden, ...
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Enciclopedia Universal. 2012.