Controversia suscitada en la década de 1830 por la existencia del Banco de los Estados Unidos de América, única institución bancaria nacional de la época.
Primer Banco de Estados Unidos que recibió su escritura de constitución en 1791 para actuar como agente fiscal del tesoro de Estados Unidos por dos décadas y cerró en 1811 cuando los republicanos jeffersonianos (democráticos) se negaron a renovar su autorización. El congreso autorizó en 1816 el segundo Banco de Estados Unidos, por otro período de 20 años. El pdte. Andrew Jackson, en 1829 y nuevamente en 1830, dejó en claro sus objeciones constitucionales y su antagonismo personal en relación con el banco, pues estimaba que la institución concentraba un poder económico excesivo en manos de una pequeña elite adinerada y desligada del control del público. En 1832, el presidente de la institución bancaria, Nicholas Biddle, con el apoyo de Henry Clay y de Daniel Webster, solicitó una nueva autorización, cuatro años antes del vencimiento de la antigua, con lo que se aseguró que el tema fuera motivo de debate durante la elección presidencial del mismo año (1832). Jackson vetó el proyecto de ley de renovación y ganó la elección posterior, triunfo que interpretó como mandato de destruir el banco. Prohibió el depósito de fondos públicos en él; en represalia, Biddle exigió el reembolso de los préstamos, lo que precipitó una crisis crediticia. Ante el rechazo de su constitución federal, el banco, en 1836, obtuvo una escritura de constitución en Pensilvania. En 1841 debió cerrar sus puertas a causa de erradas decisiones de inversión.
Enciclopedia Universal. 2012.