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Bosnia-Herzegovina
Bosnia-Herzegovina es un país montañoso ubicado en la Península de los Balcanes, en el sudeste de Europa, bordeando el Mar Adriático y Croacia. Su capital es Sarajevo. Fue anteriormente una de las seis unidades federales constituyentes de Yugoslavia. Obtuvo su independencia durante los años 90 en la Guerra de los Balcanes y, debido a los acuerdos de Dayton, actualmente es un protectorado de la comunidad internacional administrado por un alto representante elegido por el Parlamento Europeo. Se encuentra descentralizada y dividida administrativamente en dos entidades, la Federación de Bosnia-Herzegovina y la República Srpska. Bosnia y Herzegovina son dos regiones histórico-geográficas sin status político en la actualidad (2004).

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(Bosna i Hercegovina)
► Estado de Europa oriental. Limita al N con Croacia, al E con Serbia y Montenegro, al S con Montenegro y Croacia y al O con Croacia. Su extensión es de 51 129 km2 con un total de 3 835 800 h. La capital es Sarajevo. La moneda y la lengua oficiales son, respectivamente, el marco bosnio y el serbocroata. Las religiones mayoritarias son el islam, el cristianismo ortodoxo y el catolicismo. La parte meridional de Bosnia-Herzegovina se halla muy próxima al mar, pero el país sólo tiene acceso al Adriático a través de una pequeña ventana de 22 kilómetros de costa en el puerto de Naum, a la altura de la península de Peljesac. Enclavado en los Alpes dináricos, el país posee un relieve montañoso (Pločno, 2 228 m). Clima mediterráneo en el S y continental en el N. Precipitaciones abundantes. Gran cantidad de pastos y pastizales y frondosos bosques. Los ríos pertenecen a dos vertientes, la del Danubio al N (Sava, Drina y Una) y la del Adriático al S. La configuración étnica del país es extremadamente heterogénea (bosnios, serbios y croatas). Los bosnios musulmanes son mayoritarios en Sarajevo y su región, así como en el extremo NO, cerca de la ciudad de Bihac; los serbios, presentes en todas las regiones, son más numerosos cerca de las fronteras N y O; los croatas se encuentran sobre todo en el S y el centro. Ciudades y pueblos poseen en su mayoría una impronta oriental. En Sarajevo está presente también la influencia austríaca. Reflejo de una compleja historia religiosa, en esta capital de gran nivel cultural y artístico pueden verse los alminares de las mezquitas, las torres de las iglesias ortodoxas del s. XVI y los campanarios de las iglesias católicas. Otras ciudades importantes son Banja-Luka, Mostar, Bihac y Gorazde. Gran riqueza maderera y agrícola; maíz en el N, frutales y viñas en el S. Ricos yacimientos de hierro, carbón, lignito, bauxita, sal, manganeso, zinc y plomo, entre otros metales. Éstos han posibilitado el surgimiento de numerosas industrias en los alrededores de Sarajevo y los importantes centros siderúrgicos de Varesh y Zenicka. Este último, creado después de la Segunda Guerra Mundial, es un complejo industrial que se beneficia de un emplazamiento excepcional, con minas de carbón y de hierro en los alrededores, además de las centrales hidroeléctricas situadas sobre el río Bosna. Toda la industria bosnia depende de este centro. Bosnia-Herzegovina constituyó la fuente de aprovisionamiento de materias primas para las otras repúblicas de la antigua Yugoslavia, por lo que está menos desarrollada.
HISTORIA Habitada en la Antigüedad por ilirios y celtas, la región de Bosnia-Herzegovina pasó a formar parte del Imperio romano en el s. I. Con la división de éste, la zona se convirtió en una franja fronteriza entre el mundo ortodoxo y el mundo católico. Las tribus eslavas se establecieron en la región alrededor del s. VII, y ya en el s. XII se fundó un Estado bosnio independiente. A mediados del s. XV Bosnia cayó bajo dominación turca, situación que se prolongó hasta las postrimerías del s. XIX. En 1878 pasó a manos del Imperio austrohúngaro, que lo anexionó de forma definitiva en 1908, lo que puso fin al predominio de los musulmanes en el país, al tiempo que alimentó el nacimiento de numerosos movimientos nacionalistas y religiosos que serían el detonante de la Primera Guerra Mundial, tras el asesinato del heredero de la corona austro-húngara, el archiduque Francisco Fernando, perpetrado en 1914 en Sarajevo por un estudiante nacionalista serbio. El hundimiento del Imperio austrohúngaro en 1918 liberó a los eslavos del sur de la hegemonía vienesa y, en 1919, Bosnia pasó a integrar el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, bajo el reinado de Pedro I. Durante la Segunda Guerra Mundial, gran parte del territorio fue ocupado por los nazis y anexado al Estado independiente croata que se había formado bajo protección alemana. La accidentada geografía bosnia, convertida en crisol de resistencias populares, asistió a los enfrentamientos entre los movimientos comunistas, liderados por Tito, y los chetniks serbios. Terminada la guerra, Bosnia pasó a formar parte de la nueva Yugoslavia socialista. En el marco de la Constitución federal aprobada en Yugoslavia en 1946, Bosnia-Herzegovina accedió por primera vez a la categoría de Estado. Desde entonces, las responsabilidades políticas fueron compartidas entre representantes de las tres comunidades. En 1990, la ruptura de la Liga de los Comunistas permitió la celebración de las primeras elecciones libres, que dieron la victoria a los musulmanes, representados por el Partido de Acción Democrática (SDA), y llevaron a Alia Iztebegovic a la presidencia de la República. Éste proclamó la independencia en 1991 sin el apoyo de los serbios, que boicotearon también el referéndum celebrado en 1992 en que las comunidades musulmana y croata se pronunciaron por la separación de Yugoslavia. Poco después, la CE reconocía la soberanía bosnia y el país era admitido en las Naciones Unidas junto con Croacia y Eslovenia. Ésta fue la mecha que encendió una guerra civil de extremada crueldad. La lucha se inició con el ataque del ejército federal, dirigido por intereses serbios. Por un lado, los bosnios musulmanes buscaban mantener la integridad territorial, pero por otro los croatas se inclinaban por integrarse a los territorios gobernados desde Zagreb, en tanto que los serbios luchaban por permanecer en territorio serbio-yugoslavo bajo las órdenes de Belgrado. Esta situación fue aprovechada por las fuerzas del ejército federal, decidido a dividir étnicamente el territorio para luego anexionarlo a Serbia, y movidas por el afán de no perder una república que contaba con el 80% de la industria militar de la antigua Yugoslavia. Los bombardeos se agudizaron en el centro de Sarajevo y aumentó el asedio contra las ciudades de Gorazde y Bihac. Tras sangrientos combates, los serbios llegaron a apoderarse de dos tercios del territorio y proclamaron la República Serbia de Bosnia-Herzegovina bajo el mando de Radovan Karadzic, sometiendo a regiones enteras a las operaciones llamadas de limpieza étnica. La mediación de E.U.A. provocó un giro en los acontecimientos, a la espera de nuevas negociaciones entre los diplomáticos internacionales y las partes beligerantes. En diciembre de 1995 se firmó en París un tratado de paz de acuerdo con las condiciones fijadas el mes anterior en la localidad estadounidense de Dayton. En el acuerdo se reconocía la existencia de un solo estado formado por dos entidades con amplia autonomía: la Federación croato-musulmana y la República serbia de Bosnia. Sarajevo es la capital de este estado y permanece unificada bajo control croato-musulmán. En enero de 1996, el primer ministro de Bosnia, Silajdzic, dimitió al ver en peligro la idea de una Bosnia unificada, y fue sustituido por Hasan Muratovic. Tras las elecciones de septiembre de 1996 la presidencia bosnia quedó integrada por el musulmán Alia Izetbegovic, el serbio Kajinc y el croata Zubak. En la república serbia de Bosnia, la presidenta Plavsic, partidaria del diálogo con Occidente, mantuvo fuertes disputas contra las fuerzas más radicales. En 2000 dimitió Izetbegovic. El serbio Zivko Radisic sustituyó a Izetbegovic al frente del gobierno tripartito de Bosnia. En 2003 falleció el expresidente Izetbegovic.

Enciclopedia Universal. 2012.