Imposición de un dolor físico a una persona como sanción por un delito o infracción.
Esta clase de penas comprenden los azotes, la marca con hierro candente, la mutilación, la condena a la ceguera y el uso del cepo y la picota. El término también se emplea para referirse a los castigos físicos que se aplican a los niños en la escuela y en el hogar. Desde los tiempos antiguos hasta el s. XVIII, era común emplear penas corporales en los casos que no exigían la pena capital, el ostracismo, o el exilio. Sin embargo, el desarrollo de los ideales humanitarios durante y después de la Ilustración condujo gradualmente a su abandono y en la actualidad en occidente las penas corporales han sido casi totalmente reemplazadas por la privación de libertad y otras penas no violentas. Varias convenciones internacionales de derechos humanos las prohíben. Los sistemas carcelarios de numerosos países continúan aplicando la pena de azotes y otras penas corporales. Algunas sociedades del Medio Oriente y de Asia aún contemplan la pena de azotes e incluso la amputación. En numerosos estados todavía se permite el castigo físico a los niños de edad escolar.
Enciclopedia Universal. 2012.