En las relaciones internacionales, contrapeso suficiente en lo que respecta al poder como para disuadir o impedir que un país o partido imponga su voluntad o interfiera en los intereses de otro país o partido.
El término se comenzó a utilizar al término de las guerras napoleónicas para referirse a las relaciones de poder en el sistema de estados europeos. Hasta la primera guerra mundial, Gran Bretaña desempeñó el papel de sustentador del equilibrio en una serie de cambiantes alianzas. Después de la segunda guerra mundial, el equilibrio de poder en el hemisferio norte enfrentó a EE.UU. y sus aliados (ver OTAN) con la Unión Soviética y sus satélites (ver pacto de Varsovia) en un equilibrio de poder bipolar sustentado en la amenaza de una guerra nuclear. La defección de China del campo soviético hacia una postura no alineada, pero encubiertamente antisoviética, produjo un tercer nudo de poder. Con el colapso de la Unión Soviética (1991), EE.UU. y sus aliados de la OTAN fueron reconocidos universalmente como el mayor poder militar del mundo.
Enciclopedia Universal. 2012.