Acciones no militares realizadas para reducir las pérdidas de vida y propiedad resultantes de acciones enemigas.
La amenaza de ataque aéreo a las ciudades llevó durante la segunda guerra mundial a la planificación de una defensa civil organizada. El gobierno británico proporcionó máscaras de gas a su población, y casi todos los países entrenaron a sus ciudadanos para combatir incendios, realizar rescates e impartir primeros auxilios. Las acciones incluían oscurecimientos para reducir el resplandor de las luces de la ciudad, que podían guiar a los pilotos enemigos, sirenas que alertaban de bombardeos, y protección de los ciudadanos en refugios, sótanos y trenes subterráneos. La amenaza de ataque nuclear en la posguerra impulsó a las autoridades civiles a identificar los edificios que ofrecían el mejor refugio contra la precipitación radiactiva. Pero ya en la década de 1970, occidente había abandonado en gran parte las preparaciones de defensa civil, en la medida en que se había hecho patente que era improbable sobrevivir a un ataque nuclear directo.
Enciclopedia Universal. 2012.