Métodos estándares para aplicar pesticidas químicos y otros compuestos a plantas, animales, suelos o productos agrícolas.
En la aspersión, los productos químicos se disuelven o suspenden en agua o, a veces, en un medio oleoso. La mezcla se aplica luego en forma de aerosol (rocío fino). En el espolvoreamiento, los productos químicos, en forma de polvo fino y secos, se pueden mezclar con un vehículo inerte y aplicar con un ventilador. En la fumigación, los gases o vapores de compuestos volátiles se ponen en contacto con los materiales que se van a tratar. Los aerosoles y polvos se usan en las plantas para controlar insectos, ácaros, hongos y enfermedades bacterianas; en los animales, para combatir insectos propagadores de enfermedades, como piojos y moscas, y para desmalezar. También se usan para aplicar fertilizantes minerales, acelerar o retardar el cuajado del fruto, retardar la caída de frutos a punto de madurar y defoliar plantas para facilitar la cosecha (p. ej., del algodón; ver defoliante). Los aerosoles se adhieren a las superficies tratadas mejor que los polvos. La fumigación puede usarse para controlar insectos y algunas enfermedades en productos almacenados, o bien, para controlar insectos y a veces hongos y malezas en el suelo. El creciente uso de métodos de aspersión y espolvoreamiento ha causado preocupación por su impacto en el ambiente, en la cadena alimentaria, en el suministro de agua y en la salud pública. Los productos químicos nuevos y las medidas precautorias han aliviado estas preocupaciones sólo parcialmente. See also fumigador de cultivos; fungicida; herbicida; insecticida.
Enciclopedia Universal. 2012.