(1689).
Ley del Parlamento británico que otorgó libertad de culto a los disidentes, y les permitió tener sus propios lugares de culto y sus propios profesores y predicadores. La ley no hizo referencia a católicos y unitarios y mantuvo en vigor las prohibiciones sociales y políticas existentes, como la exclusión de cargos políticos, que se aplicaban a los disidentes de la Iglesia de Inglaterra.
Enciclopedia Universal. 2012.