Terminal de ferrocarril en la ciudad de Nueva York.
Fue diseñado y construido (1903–13) por Reed & Stem en colaboración con la empresa Warren & Wetmore, esta última tiene el mérito de la estética de la inmensa estructura. La explanada central, con su cielo abovedado de 43 m (125 pies) pintado con constelaciones, fue uno de los recintos cerrados más grandes de su tiempo. Una joya del estilo Beaux-Arts, el terminal parece que hubiese sido transportado de la Francia de 1870. Al tope de la fachada principal simétrica hay un gran reloj y esculturas de un águila americana y de deidades romanas. A finales del s. XX la estación fue espléndidamente restaurada. Este esfuerzo de restauración despertó la atención nacional hacia la importancia de preservar los hitos arquitectónicos.
Enciclopedia Universal. 2012.